La familia: potenciadora de las capacidades de la persona con diversidad funcional

 

Entre los numerosos servicios que ofrece la Asociación Achega se encuentra el de Psicología. A través de terapia individual, terapia familiar sistémica, asesoramiento, orientación y la elaboración de un Plan de Intervención Individual, se pretende proporcionar a las personas con diversidad funcional y a sus familias el apoyo que necesitan para el ajuste a la nueva situación. 

Cuando en el seno de la familia cualquier de sus miembros sufre una discapacidad se produce un cambio inesperado que, en la mayoría de las ocasiones, da lugar a estrés, ansiedad y genera inestabilidad en la familia. 

 

El impacto de la discapacidad en la familia dependerá de distintos factores: tipo y grado de diversidad, pronóstico y evolución, brusquedad en la aparición, etapa de la vida en la que se encuentre la persona con diversidad y los miembros de la familia, etc. Así mismo, a nivel psicológico se pueden observar diversas reacciones en la familia: culpabilidad, rechazo, negación, miedo, depresión, ansiedad... 

 

Cuando un miembro de la familia sufre una discapacidad todo el núcleo se ve afectado y, en la mayoría de las ocasiones, surge inestabilidad lo que puede provocar un estancamiento y una tendencia a repetir esquemas de interacción ineficaces que pueden impedir la adaptación.

 

Para asegurar la adaptación a la nueva situación, tanto de la persona con diversidad funcional como de la familia, se debe buscar la flexibilidad y nuevas formas de funcionamiento a través del trabajo en diversas áreas: información, autonomía, comunicación y diálogo, relaciones sociales, afectividad, autoestima y apoyo, ocio y tiempo libre. Se trata, en definitiva, de que la vida de la familia no gire únicamente en torno a la discapacidad, sino que deben identificar la "parte sana" de la persona y fortalecer sus capacidades.

El objetivo final es el de incrementar la capacidad de adaptación de la familia, aumentar su flexibilidad y, por lo tanto, asegurar su estabilidad. Cuando la familia potencia las capacidades de la persona con diversidad funcional, le proporciona apoyo, empoderamiento y estabilidad emocional, se convierte en el punto de apoyo para la inclusión social y, por lo tanto, colabora a la autonomía y bienestar de la persona con discapacidad.  

 

Nunca debemos olvidar que el proceso de adaptación de una persona con diversidad funcional y de su familia es difícil y conlleva una serie de retos que pueden ser superados con el tiempo y con el esfuerzo conjunto de todos sus miembros. El tiempo de adaptación a la nueva situación dependerá de cada caso particular.

 

 

 

Lorena Francisco Lens

Psicóloga Educativa, Sanitaria e Coach

Secretaria da Asociación Achega

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